Dos jefes de división de la Policía de la Provincia denunciaron el
viernes pasado -aunque la información se ha mantenido en secreto- que
desconocidos les robaron 10 sumarios administrativos iniciados en
perjuicio de otros tantos altos oficiales de la fuerza, que habían
dejado al interior de un maletín, en el automóvil particular de uno de
ellos.
La denuncia formal del hecho fue suscripta por la oficial principal de
la división de Asuntos Legales, Adriana Gerzek y su pareja, de la misma
graduación, pero con revista en la división de Comunicaciones, Daniel
Herrera, ambos de 40 años y con sede laboral en la Central de Policía.
Los uniformados, que ahora se hallan suspendidos y sometidos a
sumario por disposición del jefe de la institución, comisario Marcelo
Lami, de acuerdo a fuentes extraoficiales, dijeron en la comisaría 7
que salieron a almorzar al restaurante Adelita del barrio El Tribuno y
que, al salir, se dieron con que desconocidos había hecho estallar el
vidrio de una de las ventanas del vehículo y se habían llevado el
maletín con los documentos, que no pueden ser sacados de las oficinas
bajo ningún punto de vista. El hecho causó indignación en la cúpula
institucional, ya que es el segundo caso extraño ocurrido en el corazón
administrativo de la estructura. La semana pasada, alguien robó desde
la división de Seguridad una computadora en la que se hallaban
archivados todos los programas de acción policial de la ciudad de Salta
y los organigramas de los mecanismos de emergencia y controles.
Además, en esa ocasión se llevaron tres equipos de radio completos.
En relación a este tema, caratulado como robo calificado, no hay detenidos, pero, por el momento, todos los uniformados que se encontraban en el interior del edificio, se hallan bajo sospecha.
En relación a este tema, caratulado como robo calificado, no hay detenidos, pero, por el momento, todos los uniformados que se encontraban en el interior del edificio, se hallan bajo sospecha.
Como si fuera poco, el sábado pasado hubo un nuevo escándalo, cuando una agente metanense, de apellido Moreno, se presentó en la jefatura y amenazó con matarse si se confirmaban las suspensiones de ella y su pareja, un cabo de apellido Toscano, quienes protagonizaron un escándalo el miércoles al mediodía en el centro de la ciudad sureña. La mujer, celosa, agredió a huevazos a su conviviente y a su compañera de trabajo, una aspirante, junto a la que el hombre patrullaba a bordo de un móvil.
Fuente: El Tribuno
No hay comentarios:
Publicar un comentario