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Testimonios de los propietarios del inquilinato |
Eduardo Lucas Avila (55), propietario de la vivienda donde residían los involucrados en el caso de la bebita violada, dijo que la madre de la criatura era pareja del chico y juntos le habían alquilado una pieza: “Yo les había pedido que se fueran porque ella estaba siempre dopada con pastillas. Parecía ebria y en dos oportunidades dejó caer la criatura al suelo. Cada vez que discutían, el joven se cortaba los brazos. La denuncia que hizo la madre de Eliana Vázquez me parece muy extraña”, comentó.
Por su parte, María Gallardo (44), expareja de Avila y copropietaria del lugar, expresó: “Mi hija Cristina (18) fue demorada durante el allanamiento que hizo la Policía. Ella no tiene nada que ver en el caso. Se la llevaron porque acompañó a la mamá con la bebé a tomar un remise en la esquina, el lunes a la mañana, cuando abandonaron el inquilinato. El sábado, a las 19.30, llegaron los acusados y Gustavo Suárez, el mayor, me pidió permiso para tomar dos cervezas y accedí. Luego de unos minutos, bajó el novio de la chica y me dijo: ‘Doña, ella está tomando cerveza con pastillas y está embarazada’. Inmediatamente subí, la vi ebria y le pregunté por qué lo hacía. ‘Cuidá esa criatura que tenés en el vientre. No hagas eso’, le aconsejé. Ella me respondió: ‘Bueno’. El chico bajó de nuevo, a las 23.30, y me dijo que se iban porque Eliana tenía una hemorragia. Volvió a las 4.30 de la madrugada y me contó que a la chica le habían practicado un legrado y que había perdido el bebé. Eso me pareció muy raro. Más teniendo en cuenta que ella apareció en el inquilinato el domingo a las 10 y se acostó a dormir”, relató Gallardo. “Recuerdo que en la noche del sábado la bebita lloraba mientras ellos estaban ahí. Subí las escaleras para ver qué pasaba y la criaturita lloraba desesperadamente y estaba mojada entera. Le dije a Jésica que la bajara para cambiarle los pañales y le diera una mamadera con leche. En ese momento el chico se fue llevándola a Eliana y me dejaron la bebé a mi cargo. Después de eso la chiquita se durmió tranquila hasta el otro día. Yo la vi perfectamente bien, lloraba de hambre. El domingo a las 10 les entregué la nena. Al mediodía, con Jésica le volvimos a dar leche. El lunes a las 3.30 volvió a llorar. Una de mis hijas me pidió que fuera a ver qué pasaba. La cambié de nuevo y le di otra mamadera. Me hubiese dado cuenta si estaba violada. Pero no lo estaba. Llamé al 911 a las 4.13 para que vieran a Eliana, porque estaba muy dopada. Vinieron cinco agentes a las 5.30 y quedaron en volver con una femenina, pero no lo hicieron”, finalizó.
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Fuente: El Tribuno
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