viernes, 11 de noviembre de 2011

“Sí, yo maté a Cinthia Romina y lo hice porque me rechazó”

Orán/Descarnada confesión del detenido Juan Acosta ante el juez Oscar Blanco
El magistrado a cargo del caso escuchó el relato del, por ahora, único imputado, aunque cree que encubre a otros. No se descarta que en las próximas horas sean citados a declarar los policías que jamás buscaron a la joven.
 
En una extensa declaración realizada en dos jornadas en las que mantuvo sus dichos de manera contundente, Juan Acosta (37), el detenido y acusado de la muerte de la adolescente Cinthia Romina Martínez (16), quien fue golpeada con salvajismo con un elemento contundente, realizó una descarnada confesión del hecho, aportando detalles tan macabros como crueles.

De acuerdo a los trascendidos, el juez de Instrucción Formal 1 del distrito judicial del norte, circunscripción Orán, Oscar Blanco -pese a su experiencia-, escuchó con perplejidad a Acosta, un sujeto que posee antecedentes por abusos sexuales, amenazas y otros de diferente cuantía y a quien lo llaman “Gordo Jubilado”, por sus características físicas y su poco apego al trabajo.“La maté porque me rechazó”, dijo sin ambages.

Cinthia Romina había desaparecido de su hogar el 14 de octubre. Cuatro días más tarde, su madre denunció su desaparición y, al parecer, jamás fue buscada por la Policía. Su cadáver, descompuesto y destrozado a golpes -le fracturaron el cráneo, las costillas y el esternón y le volaron todos los dientes-, fue hallado por un niño en un cañaveral, el 4 del corriente.

Por el hecho, fue detenido el “Gordo Jubilado” el 19 del mes pasado, al haber decenas de testigos que dijeron haberlo visto con ella el día de su desaparición, trasladándola en su moto.
En su último testimonio, el acusado dijo al juez: “Soy el único autor”, frase que despertó algunas sospechas en el magistrado Blanco, quien cree que hubo más participantes en el suceso, lo mismo que piensan las hermanas de la víctima.

Dijo que esa última noche estuvieron bebiendo “y empastillándonos” en una fiesta. “Pero la cosa se puso fea allí, ya que Cinthia Romina se puso a pelear con otra chica, así es que la saqué y nos fuimos al barrio Patrón Costas, donde otra amiga, y continuamos "chupando'. Nos retiramos como a las 5 y la llevé por la ruta 50 hasta el puente del arroyo Zenta. Allí le propuse que fuera mi novia, pero se río de mí. "Vos estás loco, ¿yo novia tuya? ja ja', dijo. Me dio rabia, agarré un fierro y le pegué en la parte de atrás de la cabeza; ella cayó resbalando su cuerpo desde el asfalto de la bicisenda, por un terreno pedregoso. Yo descendí y cuando me di cuenta de que estaba muerta, la arrastré entre los matorrales y la escondí. Luego le saqué las zapatillas, el pantalón y la bombacha, con la intención de que se pensara que fue violada. Después me fui y tiré el pantalón en un baldío. En la avenida San Martín arrojé la bombacha en la caja de una camioneta que estaba estacionada. Y continué hasta Pueyrredón y en una plazoleta, en un tacho de basura dejé las zapatillas. Luego me fui a mi casa”, dijo.

En lo referente a la bombacha, se identificó al dueño de la camioneta, quien reconoció haber encontrado la prenda aunque dijo que la había tomado con un palo y arrojado a un sitio eriazo, donde la buscaron pero no la hallaron, lo mismo que los pantalones y las zapatillas. Para el juez, hay cosas que no cierran en el relato y se adelantó la realización de nuevas detenciones y llamados a testimoniar en el caso. Entre ellos, los policías del destacamento de Aeroparque, quienes jamás habrían buscado a la menor y quienes, según la familia de la víctima, se burlaban cuando les preguntaban sobre su búsqueda.

Fuente: El Tribuno

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