jueves, 27 de octubre de 2011

La Escuela de Música enseña piano y violín, pero sin instrumentos

PROTESTA: CON UN CONCIERTO DIERON A CONOCER LAS NECESIDADES DE LA ESCUELA.
Desde principios de año desertaron 100 alumnos por falta de herramientas. A la institución asisten jóvenes y adultos de la ciudad de San Ramón de la nueva Orán, Hipólito Yrigoyen y Salvador Mazza.

Quien recorra los pasillos de la Escuela de Música de Orán podrá observar las aulas llenas de alumnos, jóvenes y adultos, aprendiendo guitarra, violín, violonchelo y piano, pero en completo silencio, puesto que la institución no cuenta con ningún instrumento.

“El que tiene lo lleva, el que no, mira”, contó un alumno.

Se trata del Instituto de Educación Superior 6.046, que brinda carreras orientadas a la introducción musical con talleres de guitarra, violín, violoncelo y piano; y la Tecnicatura en Arte Textil.

Maximiliano Atampiz, docente de la institución, contó que “la deserción es alarmante, a causa de la falta de materiales para trabajar, en nuestro caso carecemos de instrumentos musicales”. En la actualidad la matrícula es de 60 alumnos, cuando a principios de este año era de 160.

“La falta de materiales los desalienta”, resaltó Atampiz.

Como protesta ante esta situación que amenaza con coartar la continuidad del proyecto educativo, siete profesores brindaron un concierto, en la noche del 24, frente al edificio del instituto. Tuvo como principal objetivo dar a conocer a los vecinos y al empresariado local, las necesidades de los jóvenes y adultos de Orán, Yrigoyen y Salvador Mazza que sueñan con ser músicos y que hoy, por la falta de elementos, ven cómo se evapora esa posibilidad.

En la oportunidad, solicitaron al público la donación de instrumentos y materiales didácticos, aunque destacaron que esa es una responsabilidad del Estado. A este escollo se sumó el corte de energía que sufrió la institución el lunes pasado, por falta de pago. La escuela funciona en Eges 328. Como los profesores proceden de diversos puntos de la provincia y no cuentan con un lugar donde hospedarse, duermen en las aulas, donde arman campamento.

“La educación es un derecho, pero no podemos garantizarlo” expresó Emilce, profesora de coro.
Anabella Russo, docente de piano dijo: “Nunca pensé tener alumnos que a la edad de jubilarse se inicien en la música y demuestren tanto talento. Esperemos que esto se solucione para su beneficio y desarrollo personal”.

Fuente: El Tribuno

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