lunes, 31 de octubre de 2011

Robó más de un millón de pesos en joyas y lo detuvieron

El hombre, un conocido ladrón, fue descubierto por su modus operandi. El sujeto ingresó una joyería el viernes a la noche, sin forzar la cerradura. Se llevó todos los objetos de valor.Efectivos de la Brigada de Investigaciones recuperaron parte de las alhajas robadas desde la casa del acusado.

El conocido ladrón identificado como Roberto Luis “Pocho” Paz, de 41 años, fue detenido en las últimas horas por el personal de la Brigada de Investigaciones, acusado de haber robado objetos de la joyería “Jade”, ubicada en Caseros al 700, en el microcentro capitalino. El valor de lo sustraído supera los 250 mil dólares, (más de un millón de pesos).

El hecho fue denunciado el pasado viernes a la mañana por el dueño del local, identificado como Marcelo Alberto Buján (53), quien al entrar al comercio se dio con la novedad de que la joyería se encontraba completamente destrozada y la totalidad de las alhajas que comercializaba habían sido robadas. A raíz del faltante, el propietario radicó la denuncia en la Policía. Le faltaban en total 35 pulseras de aniversario combinadas en oro blanco, rosado y amarillo; siete cadenas con dijes de rubí con brillantes cubic alrededor, siete anillos de oro con esmeraldas y brillantes, tres anillos con zafiros azules y brillantes antiguos, nueve dijes con piedras aguamarina rosa de Francia, brillantes cubic, rubí, amatista, un dije flor con brillante cubic y zafiro azul, un lingote de oro 24 kilates, cuatro esmeraldas en forma de corazón cuadrada y en gota, ocho rosetas con esmeraldina y brillantes cubic, rosa de Francia, 120 cadenas de diversos grosores, pesos y tamaños, 90 cruces, 70 medallas religiosas para grabar, 70 aros con piedras, 50 aros sin piedras, cuatro cajas de aros abridores, brillantes y esmeraldas de diversos tamaños y una balanza para pesar oro, marca Tanita. Todo estaba valuado en más de 250 mil dólares.

En el lugar, el o los malvivientes (los brigadistas sospechan que Paz no actuó solo) dejaron con llave únicamente la cerradura de un aparador, y además dejaron tirada en el piso una traba invisible abierta, que habrían usado para ingresar.

Al ser entrevistado por los efectivos, el comerciante se mostró sorprendido por el saqueo, ya que las dos cerraduras de la puerta de ingreso no habían sido forzadas. Por esto, los uniformados sospecharon en un primer momento que podrían estar involucradas personas cercanas al damnificado. Por ese motivo decidieron demorar a dos empleados de la galería donde se encuentra el local y al cerrajero de la familia afectada, quien había cambiado el juego de llaves del comercio hacía solo tres semanas.

Fuente: El Tribuno

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